La responsabilidad implica hacerse cargo de las acciones propias, independientemente de que sean buenas o malas. Tener más independencia y responsabilidad forma parte del crecimiento de su hijo adolescente, y enseñar el valor de la responsabilidad es importante para guiarlo para que se convierta en un adulto joven responsable. La responsabilidad no tiene que ver solo con cómo las elecciones de su hijo le afectan, sino también con cómo sus decisiones y acciones afectan a las demás personas. Proporcionarle a su hijo adolescente más responsabilidad durante la escuela secundaria lo preparará para el éxito cuando eventualmente abandone el hogar familiar.
Intente no controlar de manera meticulosa a su hijo. En lugar de despertarlo a la mañana, déle un reloj despertador o pídale que use el del teléfono. En lugar de cocinar para él todas las noches, haga que prepare la cena para la familia uno o dos días por semana. Haga que lave su propia ropa. Intente no regañarlo sobre la hora de irse a dormir o el tiempo de pantalla; en su lugar, permítale sentirse exhausto en la escuela o quedarse dormido. Puede ser difícil comenzar a “cortar el cordón” de sus responsabilidades en relación con su hijo adolescente, pero permitirle que asuma aún más responsabilidades lo preparará más para valerse por sí mismo.
Intente aferrarse firmemente a las consecuencias del comportamiento. Una gran parte de la responsabilidad es enfrentar las consecuencias de sus propias acciones, y si bien su hijo adolescente puede ser muy bueno a la hora de romper las reglas del hogar, es tarea suya aplicar las consecuencias. Tal vez su hijo adolescente se pasó del horario de regreso a casa; por lo tanto, no tendrá acceso a la computadora durante una semana. O si no ayuda con las tareas domésticas, no podrá pasar el tiempo con un amigo después de la escuela. Si establece expectativas y consecuencias claras cuando no se cumplan esas expectativas, usted le enseñará a su hijo adolescente sobre la responsabilidad. Si usted habitualmente no aplica las consecuencias, su hijo adolescente aprenderá que no existe ningún motivo real para obedecer las reglas del hogar.